Los cazadores critican que el Cabildo de Gran Canaria les cobre más de 450.000 euros en permisos y licencias y no los revierta en recuperar el campo y repoblar especies como el conejo con bebederos, comederos y la siembra de granos, lo que ha hecho que muchos desistan de su afición por “aburrimiento”.Así lo considera Antonio Macías, cazador desde los 15 años, y con 34 se queja de que tanto él como sus compañeros mantengan la ilusión por la cacería todo el año, paguen 96 euros por la licencia, casi 150 si usan hurón, alimenten los perros -cada cazador tiene como mínimo cuatro, lo que supone unos 400 euros de mantenimiento-, aparte del chip, las vacunas, la escopeta, el equipaje, y cuando llega la época de la cacería, “no ver ni un conejo en toda la mañana”.
Antonio Macías, igual que Miguel Armas, explican que es más una cuestión de diversión y disfrute del campo que de cazar conejos, pero para esa diversión, recorrer el campo en su búsqueda, que sus podencos canarios corran, los marquen y los hurones los saquen, es necesario que haya conejos en el campo.
De hecho, es más “divertida” la caza con perro y hurón que cuando también está permitida la escopeta, pues además de ser más fácil implica una mayor responsabilidad y si el objetivo fuera cazar la presa, todos preferirían los días de escopeta, que este año son tres domingos y dos jueves, pero en cualquier caso este año apenas se ve un conejo en la mañana, o ninguno.
“Y eso el Cabildo lo sabe”, asegura Antonio Macías, pues tienen ojeadores y trabajadores, por ello se preguntan por qué cobran licencias y permiten la caza si no hay población de conejos, o por qué no cogen parte del dinero que recaudan a los 4.500 cazadores de la isla y lo invierten en el mantenimiento de esta actividad con bebederos y comederos, algo que sólo se ve en los cotos de caza y en El Salobre, cuya asociación se ha preocupado por ponerlos, agrega Arma.
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Fuente: maspalomasahora.com